Desde el manantial, una serie de galerías subterráneas excavadas en el sustrato rocoso (las "minas de agua") discurrían bajo Alcalá, atravesando la ciudad de este a oeste y enlazando con el Camino de Sevilla hasta Torreblanca de los Caños. En este punto, la galería subterránea emergía en forma de acueducto, alcanzando la ciudad de Sevilla por la Puerta de Carmona, de donde surgiría la denominación de "Caños de Carmona" para el tramo final del acueducto.
El "agua de Alcalá" tenía en Sevilla fama de buena calidad, frente al agua salobre que se extraía de los pozos artesanos de los que se nutría la mayor parte de la población. De ahí que tener acceso a una "pipa de agua" procedente de "Los Caños" era símbolo de posición social.
La historia reciente de los Caños de Carmona alcanza hasta comienzos del siglo XX, con sucesivas transformaciones y ampliaciones del manantial original, como las que realiza la Compañía Inglesa de Aguas en el siglo XIX. Pero el origen de la "mina de agua" de Alcalá arranca mucho antes, con seguridad en época romana. Sabemos que Hispalis se abastecía mediante un acueducto, arruinado probablemente a partir de época visigoda y desaparecido durante los primeros siglos andalusíes. Habría que esperar hasta 1171, cuando el califa almohade Abú Ya'qub ordena la recuperación y reconstrucción de la traída de aguas desde la "fuente de Gabar" en Qalat Yabir (Alcalá de Guadaíra). La reconstrucción del acueducto vino probablemente aparejada con la limpieza de las galerías subterráneas subsistentes y la apertura de nuevos tramos, a fin de asegurar el abastecimiento de la capital almohade de al-Andalus.
Tras la conquista castellana del siglo XIII, el mantenimiento del suministro de agua fue una constante en los regidores sevillanos, y ello explica en parte la importancia que Alcalá de Guadaíra adquiere durante la baja Edad Media. En la propia Alcalá, la "mina de agua" se desarrolla en estos siglos, así como durante la Edad Moderna, mediante la apertura de ramales secundarios que posibilitaron el abastecimiento de buena parte de la población. La importancia de esta corriente subterránea llegó al extremo de posibilitar la instalación de un molino, el "Molino de la Mina", situado en la calle del mismo nombre (actual Nuestra Señora del Águila).
Hoy día, las galerías de la "mina de agua" forman parte de un "patrimonio subterráneo" en proceso de redescubrimiento. Poco a poco se van conociendo los diferentes ramales galerías, que todavía se extienden hacia el "Camino de Sevilla" y los fragmentos de acueducto que pueden verse en la calle Luis Montoto de la capital hispalense. El Molino de la Mina, sobre el que se construyó el Teatro Gutiérrez de Alba, cuenta con un proyecto para hacerlo visitable, ya que es el único molino hipógeo completo de España. Recientemente una aplicación virtual en 360º, desarrollada por el Ayuntamiento, nos ha permitido recrear el Molino de la Mina a través de realidad virtual, dando lugar a una visita experiencial.