El Puente de Carlos III se sitúa en el tramo del río Guadaíra más cercano al casco antiguo donde confluyen varios caminos al menos desde época medieval. Se le conoce popularmente como 'Puente Romano' porque la construcción, posterior al s.XV, se levantó en el lugar donde hay certeza que había una construcción romana que exteriormente no se aprecia. Este puente de piedra, que cruza el río Guadaíra, tiene 7 arcos sobre estribos, estando tres de los arcos soterrados. Ha experimentado numerosas reformas a lo largo de la historia, ya que siempre ha sido uno de los pocos vados para atravesar el río Guadaíra. Las diferentes obras, que han ido transformando la imagen original del mismo, vienen a incidir en la importancia estratégica del Puente.
Concretamente en 2012, con cargo a los fondos del programa del uno por ciento de los presupuestos del Ministerio de Fomento para la rehabilitación y conservación del patrimonio histórico, ha tenido lugar una gran restauración, mediante la peatonalización del mismo y recuperación de la imagen originaria anterior a 1917.
En Semana Santa es hermoso ver la procesión de la Hermandad de Jesús Nazareno en el puente, pues los romanos le cierran el paso para que no suba al monte Calvario con la cruz a cuestas. Esto suele tener lugar sobre las 7 de la mañana y es uno de los puntos claves en la "madrugá" alcalareña.