A comienzos del siglo XVIII se menciona su propiedad por el convento de Santa María de los Ángeles, de la orden franciscana. Es por ello que también se conoce este molino como "de San Francisco", en referencia al cercano establecimiento monástico ubicado en las inmediaciones desde mediados del s. XVI.
En el molino de las Eras, la molienda se realizaba con agua procedente del acuífero, canalizada a través de la galería de los "caños de Carmona". Se desconoce si la canalización hasta Las Eras la realizaron los franciscanos desde el caño principal procedente de Santa Lucía o desde el cercano molino de La Mina. No obstante, a comienzos del siglo XVII existen diversos pleitos por el derecho de uso del sobrante de agua procedente de la Fuente del Concejo, ubicada en las inmediaciones del Perejil, y que posiblemente se usaría como caño secundario para la molienda. El problema estribaba en su uso compartido con el vecino Molino del Rodete, situado junto al puente, y finalmente desaparecido a lo largo del siglo XVII.
Al igual que en el caso del molino de La Tapada, el de Las Eras es un molino de manantial, si bien la corriente no se canalizaría a través de un acueducto, sino directamente mediante una atarjea conectada con el cubo, que movía dos piedras.