Hay muchas cosas que ver en Alcalá, de forma que la visita se puede alargar tanto como se quiera. Pero hay cosas que no se pueden dejar de ver. Y más que de ver, de conocer, adentrándose en ellas. Porque hay un conjunto de enclaves privilegiados en los que está concentrada el alma de una ciudad vieja. Un repertorio de elementos que se llevará en el recuerdo y que configuran una selección exquisita de lo mejor de Alcalá.